Impulso sexual
Nosotros los hombres nos hemos llevado muchos calores en los años recientes por nuestras actitudes hacia el sexo. Se nos ha dicho que estamos obsesionados por el sexo, en especial el sexo sin amor ni compromiso... pero pienso que las críticas mismas son mal intencionadas y destructivas. Los varones no ayudan con sus actitudes, que probablemente se deben tanto a la psicología como al aprendizaje. El sexo es, después de todo, afirmante de la vida, y no hay por qué sentirse mal por eso... Pienso que hay mucho que admirar en la actitud hacia el sexo de los hombres, en especial de los muchachos y jóvenes.. Son maravillosamente curiosos, entusiastas, y exhuberantes en relación a él, y quieren pagar enormes precios por ir detrás del tema.
En el caso de que se pregunte por mi opinión sobre estas cuestiones, pienso que hay diferencias claras entre los hombres y las mujeres en todas las esferas del comportamiento, incluso el sexo. Sé que muchas feministas dirían que todos los comportamientos negativos del varón podrían ser doblegados o modificados si las mujeres fueran tratadas igualitariamente por la sociedad, y como ocurre, pienso que hay mucha verdad en la opinión que los hombres son enseñados para ver a las mujeres de determinada manera. Los hombres tienen, después de todo, el dominio en nuestra sociedad. Esto puede ser porque los hombres son naturalmente más competitivos o porque las mujeres están más interesadas en la conexión emocional que en la competencia (una sugerencia ligeramente incierta, teniendo en cuenta la manera maliciosa en que las mujeres pueden comportarse entre sí.) Pero considere los mejores esfuerzos de los padres iluminados por tratar de manera diferente a los niños y a las niñas. He escuchado, una y otra vez, de mis amigos que son padres, que los muchachitos son diferentes de las niñas. No es porque estén tratados distinto, aunque muchos estudios han mostrado que lo son desde el mismo momento del nacimiento - por ejemplo, los bebés varones son menos alzados, mimados y arrullados que las nenas - pero SON diferentes.
Parece lógico que esto debe ser así - evolucionamos de una manera que sugiere que las demandas de los sexos podrían haber sido diferentes: las mujeres podrían haber sido más exitosas en cuidar a los hijos teniendo una disposición genética para nutrir y cuidar, mientras que los hombres podrían haber evolucionado para salir y cooperar en la caza (siendo su legendaria competitividad el imperativo que establece la cadena de mandos, que es la estructura dentro de la cual los hombres cazan juntos actualmente, sea una caza por comida o una caza simbólica para beneficiarse en las actividades de la compañía.)
Y así, si uno acepta que los hombres y mujeres podrían ser diferentes en su constitución genética, entonces parece inconcebible que no sean diferentes en su constitución sexual y en sus expectativas por el sexo. Y así, seguramente, en su sexualidad, en su mismo apetito sexual. En el estudio Salud Masculina conducido por Rodale Press, una queja constante fue que las mujeres no comprendían cuánto los hombres querían el sexo. Dos veces tantos hombres como mujeres se masturban y nosotros nos masturbamos más seguido. Cuando se preguntó sobre la frecuencia de los pensamientos sexuales, desde ya, las diferencias que emergieron entre los sexos se ha vuelto legendaria: los hombres piensan en él varias veces al día (¿realmente? un minuto, ¿seguro?) mientras que las mujeres piensan en él, así dicen, unas pocas veces a la semana. Y parece que este desequilibrio es un problema común en las relaciones. ¿La razón? Parece ser nuestra vieja amiga testosterona. Aunque es una hormona masculina, la testosterona también se produce en el cuerpo de la mujer en pequeñas cantidades, y juega un rol esencial en regular su apetito sexual. Bastante extrañamente, ambos cuerpos masculino y femenino están llenos de receptores de testosterona, especialmente el cerebro. El papel de la testosterona se explora más detalladamente en el capítulo sobre la menopausia masculina, y si desea saber cómo influye en la sexualidad masculina, vale la pena darle un rápido vistazo.
Las mujeres a las que se les suministran suplementos de testosterona desarrollan un alto nivel de ímpetu sexual - literalmente ven las cosas desde la otra cara de la moneda, y su visión parece ser usualmente una revelación para ellas. Germaine Greer informa cómo, debido a algunas circunstancias desafortunadas, le fueron dados demasiados altos niveles de suplementos de testosterona - y odió la experiencia, haciendo la observación que sentía que sabía lo que debe ser un violador, en el contexto, yo asumo, de alguien con unas ganas sexuales incontrolables cuyo auto control era superado por el deseo sexual. (La tendencia de los hombres a ser así - impulsados sexualmente y queriendo gratificación instantánea - es la base de la explosión mundial de la pornografía, una industria que en mi opinión, también tiene mucho que ver con el establecimiento del dominio y poder del varón sobre la mujer.) Y todos sabemos, sospecho, que mientras que las mujeres tienen momentos de urgencia sexual, es usualmente el hombre quien se excita cuando su pareja se inclina para vaciar la máquina de lavar, y entonces la arrastra a su dormitorio ("¡Ven AHORA!"), no de la otra manera.
En el caso de que se pregunte por mi opinión sobre estas cuestiones, pienso que hay diferencias claras entre los hombres y las mujeres en todas las esferas del comportamiento, incluso el sexo. Sé que muchas feministas dirían que todos los comportamientos negativos del varón podrían ser doblegados o modificados si las mujeres fueran tratadas igualitariamente por la sociedad, y como ocurre, pienso que hay mucha verdad en la opinión que los hombres son enseñados para ver a las mujeres de determinada manera. Los hombres tienen, después de todo, el dominio en nuestra sociedad. Esto puede ser porque los hombres son naturalmente más competitivos o porque las mujeres están más interesadas en la conexión emocional que en la competencia (una sugerencia ligeramente incierta, teniendo en cuenta la manera maliciosa en que las mujeres pueden comportarse entre sí.) Pero considere los mejores esfuerzos de los padres iluminados por tratar de manera diferente a los niños y a las niñas. He escuchado, una y otra vez, de mis amigos que son padres, que los muchachitos son diferentes de las niñas. No es porque estén tratados distinto, aunque muchos estudios han mostrado que lo son desde el mismo momento del nacimiento - por ejemplo, los bebés varones son menos alzados, mimados y arrullados que las nenas - pero SON diferentes.
Parece lógico que esto debe ser así - evolucionamos de una manera que sugiere que las demandas de los sexos podrían haber sido diferentes: las mujeres podrían haber sido más exitosas en cuidar a los hijos teniendo una disposición genética para nutrir y cuidar, mientras que los hombres podrían haber evolucionado para salir y cooperar en la caza (siendo su legendaria competitividad el imperativo que establece la cadena de mandos, que es la estructura dentro de la cual los hombres cazan juntos actualmente, sea una caza por comida o una caza simbólica para beneficiarse en las actividades de la compañía.)
Y así, si uno acepta que los hombres y mujeres podrían ser diferentes en su constitución genética, entonces parece inconcebible que no sean diferentes en su constitución sexual y en sus expectativas por el sexo. Y así, seguramente, en su sexualidad, en su mismo apetito sexual. En el estudio Salud Masculina conducido por Rodale Press, una queja constante fue que las mujeres no comprendían cuánto los hombres querían el sexo. Dos veces tantos hombres como mujeres se masturban y nosotros nos masturbamos más seguido. Cuando se preguntó sobre la frecuencia de los pensamientos sexuales, desde ya, las diferencias que emergieron entre los sexos se ha vuelto legendaria: los hombres piensan en él varias veces al día (¿realmente? un minuto, ¿seguro?) mientras que las mujeres piensan en él, así dicen, unas pocas veces a la semana. Y parece que este desequilibrio es un problema común en las relaciones. ¿La razón? Parece ser nuestra vieja amiga testosterona. Aunque es una hormona masculina, la testosterona también se produce en el cuerpo de la mujer en pequeñas cantidades, y juega un rol esencial en regular su apetito sexual. Bastante extrañamente, ambos cuerpos masculino y femenino están llenos de receptores de testosterona, especialmente el cerebro. El papel de la testosterona se explora más detalladamente en el capítulo sobre la menopausia masculina, y si desea saber cómo influye en la sexualidad masculina, vale la pena darle un rápido vistazo.
Las mujeres a las que se les suministran suplementos de testosterona desarrollan un alto nivel de ímpetu sexual - literalmente ven las cosas desde la otra cara de la moneda, y su visión parece ser usualmente una revelación para ellas. Germaine Greer informa cómo, debido a algunas circunstancias desafortunadas, le fueron dados demasiados altos niveles de suplementos de testosterona - y odió la experiencia, haciendo la observación que sentía que sabía lo que debe ser un violador, en el contexto, yo asumo, de alguien con unas ganas sexuales incontrolables cuyo auto control era superado por el deseo sexual. (La tendencia de los hombres a ser así - impulsados sexualmente y queriendo gratificación instantánea - es la base de la explosión mundial de la pornografía, una industria que en mi opinión, también tiene mucho que ver con el establecimiento del dominio y poder del varón sobre la mujer.) Y todos sabemos, sospecho, que mientras que las mujeres tienen momentos de urgencia sexual, es usualmente el hombre quien se excita cuando su pareja se inclina para vaciar la máquina de lavar, y entonces la arrastra a su dormitorio ("¡Ven AHORA!"), no de la otra manera.
Fuente: info pene